El poeta y dramaturgo de la Generación del 27, que con sus elaboradas metáforas, que llegan a la violencia expresiva, abordó temas populares, Federico del Sagrado Corazón de Jesús García Lorca, nació el 5 de junio de 1898 en Fuente Vaqueros (Granada); siendo sus padres, el hacendado Federico García Rodríguez, y la maestra Vicenta Lorca. La familia, de la cual Federico fue el primer hijo, luego se agrandaría con la llegada de Francisco, Concha e Isabel.
Intelectualmente fue un niño precoz con gran gusto por la literatura, la música y la pintura, pero su salud no era buena. Entre 1906 y 1909 tuvo de tutor a Rodríguez Espinoza. Estudió Derecho en Granada con algunas interrupciones y logró egresar como abogado aunque nunca ejerció la profesión.
Su primer libro vio la luz en el año 1918, cuyo título fue “Impresiones y paisajes”. Dos años después “El maleficio de la mariposa” su obra teatral, era estrenada. En 1921 logró publicar su “Libro de poemas” de un sincero realismo, y en la revista “Índice” de Juan Ramón Jiménez se incluyeron algunos de sus poemas. En 1923 se representaron en teatro, “La niña que riega la albahaca” y “El príncipe preguntón”, dos comedias de títeres.
También amante de las artes plásticas, expuso su primera muestra de pinturas en Barcelona, en 1927. Admirador de Salvador Dalí, quien pintó los decorados de su obra dramática “Mariana Pineda”, le dedicó en 1926 su “Oda a Salvador Dalí”. En 1927 apareció “Canciones”.
Integró la Generación del 27 junto a Pedro Salinas, Salvador Dalí, el cineasta Luis Buñuel, Gerardo Diego, Jorge Guillén, Rafael Alberti y Dámaso Alonso entre otros, los que se reunían en la Residencia de Estudiantes.
En 1928 logró publicar “Primer romancero gitano” y dos números de una revista literaria por él fundada, a la que llamó “Gallo”.
En 1929 se dirigió a Nueva York donde escribió “Poeta en Nueva York”, publicado luego de su muerte en 1940, donde su estilo es de un doliente surrealismo. Radicado en La Habana en 1930, escribió “Así que pasen cinco años” y “El público”. En Madrid mientras tanto, se ponía en escena “La zapatera prodigiosa” de lo cual se enteró cuando retornó a la capital española.
Durante la Segunda República española codirigió “la Barraca” una compañía de teatro estatal. En 1933 escribió “Bodas de sangre” y fue uno de los fundadores de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética; en 1934 surgió “Yerma”; y en 1935 “Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores”, todas obras de teatro. Un año después, en momentos en que comenzaba a gestarse la Guerra Civil española escribió los libros de poesía “Diván del Tamarit” y “Sonetos del amor oscuro”. En teatro datan de ese año “ La casa de Bernarda Alba”, donde el drama se impone sobre la expresión lírica, relatando la historia de una madre autoritaria (Bernarda) que desea imponer su voluntad frente a la rebeldía juvenil de sus hijas; y “La fuerza de la sangre” que no logró concluir.
Habiendo podido refugiarse en México o Colombia durante la Guerra Civil prefirió no abandonar su patria, siendo detenido el 16 de agosto de 1936, en la casa del poeta Luis Rosales, siendo fusilado dos días después, en el trayecto entere Víznar y Alfacar, materializando en su propio ser, los temas recurrentes en sus obras, donde contrastó dramáticamente la juventud y la muerte.
Se publicaron póstumamente “Primeras canciones” y “ Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín”. En 1945 se estrenó “La casa de Bernarda Alba” escrita en 1936.
Un año después de su muerte, el poeta Antonio Machado escribió en su memoria el poema “El crimen fue en Granada”:
“Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—
… Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada”