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{"id":116,"date":"2011-03-07T22:22:06","date_gmt":"2011-03-07T22:22:06","guid":{"rendered":"https:\/\/www.poesia-castellana\/?page_id=116"},"modified":"2011-03-07T22:22:06","modified_gmt":"2011-03-07T22:22:06","slug":"seleccion-de-poemas-de-jose-de-espronceda","status":"publish","type":"page","link":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/seleccion-de-poemas-de-jose-de-espronceda","title":{"rendered":"Selecci\u00f3n de poemas de Jos\u00e9 de Espronceda"},"content":{"rendered":"

EL REO DE MUERTE<\/strong><\/p>\n

\u00a1Para hacer bien por el alma
\ndel que van a ajusticiar!
\nI<\/p>\n

Reclinado sobre el suelo
\ncon lenta amarga agon\u00eda,
\npensando en el triste d\u00eda
\nque pronto amanecer\u00e1,
\nen silencio gime el reo
\ny el fatal momento espera
\nen que el sol por vez postrera
\nen su frente lucir\u00e1.<\/p>\n

Un altar y un crucifijo,
\ny la enlutada capilla
\nl\u00e1nguida vela amarilla
\nti\u00f1e en su luz funeral,
\ny junto al m\u00edsero reo,
\nmedio encubierto el semblante,
\nse oye al fraile agonizante
\nen son confuso rezar.<\/p>\n

El rostro levanta el triste
\ny alza los ojos al cielo;
\ntal vez eleva en su duelo
\nla s\u00faplica de piedad:
\n\u00a1Una l\u00e1grima! \u00bfes acaso
\nde temor o de amargura?
\n\u00a1Ay! a aumentar su tristura
\n\u00a1Vino un recuerdo quiz\u00e1!<\/p>\n

Es un joven y la vida
\nllena de sue\u00f1os de oro,
\npas\u00f3 ya, cuando a\u00fan el lloro
\nde la ni\u00f1ez no enjug\u00f3:
\nEl recuerdo es de la infancia,
\n\u00a1Y su madre que le llora,
\npara morir as\u00ed ahora
\ncon tanto amor le cri\u00f3!<\/p>\n

Y a par que sin esperanza
\nve ya la muerte en acecho,
\nsu coraz\u00f3n en su pecho
\nsiente con fuerza latir,
\nal tiempo que mira al fraile
\nque en paz ya duerme a su lado,
\ny que ya viejo y postrado
\nle habr\u00e1 de sobrevivir.<\/p>\n

\u00bfMas qu\u00e9 rumor a deshora
\nrompe el silencio? resuena
\nuna alegre cantinela
\ny una guitarra a la par,
\ny gritos y de botellas
\nque se chocan, el sonido,
\ny el amoroso estallido
\nde los besos y el danzar.<\/p>\n

Y tambi\u00e9n pronto en son triste
\nl\u00fagubre voz sonar\u00e1:
\n\u00a1Para hacer bien por el alma
\ndel que van a ajusticiar!<\/p>\n

Y la voz de los borrachos,
\ny sus brindis, sus quimeras,
\ny el cantar de las rameras,
\ny el desorden bacanal
\nen la l\u00fagubre capilla
\npenetran, y carcajadas,
\ncual de lejos arrojadas
\nde la mansi\u00f3n infernal.<\/p>\n

Y tambi\u00e9n pronto en son triste
\nl\u00fagubre voz sonar\u00e1:
\n\u00a1Para hacer bien por el alma
\ndel que van a ajusticiar!<\/p>\n

\u00a1Maldici\u00f3n! al eco infausto
\nel sentenciado maldijo
\nla madre que como a hijo
\na sus pechos le cri\u00f3;
\ny maldijo el mundo todo,
\nmaldijo su suerte imp\u00eda,
\nmaldijo el aciago d\u00eda
\ny la hora en que naci\u00f3.<\/p>\n

II<\/p>\n

Serena la luna
\nalumbra en el cielo,
\ndomina en el suelo
\nprofunda quietud;
\nni voces se escuchan,
\nni ronco ladrido,
\nni tierno quejido
\nde amante la\u00fad.<\/p>\n

Madrid yace envuelto en sue\u00f1o,
\ntodo al silencio convida,
\ny el hombre duerme y no cuida
\ndel hombre que va a expirar;
\nsi tal vez piensa en ma\u00f1ana,
\nni una vez piensa siquiera
\nen el m\u00edsero que espera
\npara morir, despertar;<\/p>\n

que sin pena ni cuidado
\nlos hombres oyen gritar:
\n\u00a1Para hacer bien por el alma
\ndel que van a ajusticiar!<\/p>\n

\u00a1Y el juez tambi\u00e9n en su lecho
\nduerme en paz! \u00a1y su dinero
\nel verdugo placentero
\nentre sue\u00f1os cuenta ya!
\nTan s\u00f3lo rompe el silencio
\nen la sangrienta plazuela
\nel hombre del mal que vela
\nun cadalso al levantar.<\/p>\n

Loca y confusa la encendida mente,
\nsue\u00f1os de angustia y fiebre y devaneo
\nel alma envuelven del confuso reo,
\nque inclina al pecho la abatida frente.<\/p>\n

Y en sue\u00f1os
\nconfunde
\nla muerte,
\nla vida.
\nRecuerda
\ny olvida,
\nsuspira,
\nrespira
\ncon h\u00f3rrido af\u00e1n.<\/p>\n

Y en un mundo de tinieblas
\nvaga y siente miedo y fr\u00edo,
\ny en su horrible desvar\u00edo
\npalpa en su cuello el dogal;
\ny cuanto m\u00e1s forcejea,
\ncuanto m\u00e1s lucha y porf\u00eda,
\ntanto m\u00e1s en su agon\u00eda
\naprieta el nudo fatal.<\/p>\n

Y oye ruido, voces, gentes,
\ny aquella voz que dir\u00e1:
\n\u00a1Para hacer bien por el alma
\ndel que van a ajusticiar!<\/p>\n

O ya libre se contempla,
\ny el aire puro respira,
\ny oye de amor que suspira
\nla mujer que un tiempo am\u00f3,
\nbella y dulce cual sol\u00eda,
\ntierna flor de primavera,
\nel amor del la pradera
\nque el abril gal\u00e1n mim\u00f3.<\/p>\n

Y gozoso a verla vuela,
\ny alcanzarla intenta en vano,
\nque al tender la ansiosa mano
\nsu esperanza a realizar,
\nsu ilusi\u00f3n la desvanece
\nde repente el sue\u00f1o imp\u00edo,
\ny halla un cuerpo mudo y fr\u00edo
\ny un cadalso en su lugar.<\/p>\n

Y oye a su lado en son triste
\nl\u00fagubre voz resonar:
\n\u00a1Para hacer bien por el alma
\ndel que van a ajusticiar!<\/p>\n

EL CANTO DEL COSACO<\/strong>
\n Donde sienta mi caballo los pies
\n no vuelve a nacer yerba.
\n Atila
\nCORO<\/p>\n

\u00a1Hurra, cosacos del desierto! \u00a1Hurra!
\nLa Europa os brinda espl\u00e9dido bot\u00edn:
\nSangrienta charca sus campi\u00f1as sean,
\nde los grajos su ej\u00e9rcito fest\u00edn.<\/p>\n

\u00a1Hurra, a caballo hijos de la niebla!
\nSuelta la rienda a combatir volad:
\n\u00bfVeis esas tierras f\u00e9rtiles? las puebla
\ngente opulenta, afeminada ya.<\/p>\n

Casas, palacios, campos y jardines,
\ntodo es hermoso y refulgente all\u00ed,
\nson sus hembras celestes, serafines,
\nsu sol alumbra un cielo de zafir.<\/p>\n

\u00a1Hurra, cosacos del desierto…<\/p>\n

Nuestros sean su oro y sus placeres,
\ngocemos de ese campo y ese sol;
\nson sus soldados menos que mujeres,
\nsus reyes viles mercaderes son.<\/p>\n

Vedlos huir para esconder su oro,
\nvedlos cobardes l\u00e1grimas verter…
\n\u00a1Hurra! volad, sus cuerpos, su tesoro
\nhuellen nuestros caballos con sus pies.<\/p>\n

\u00a1Hurra, cosacos del desierto…<\/p>\n

Dictar\u00e1 all\u00ed nuestro capricho leyes,
\nnuestras casas alc\u00e1zares ser\u00e1n,
\nlos cetros y coronas de los reyes
\ncual juguetes de ni\u00f1os rodar\u00e1n.<\/p>\n

\u00a1Hurra! Volad a hartar nuestros deseos,
\nlas m\u00e1s hermosas nos dar\u00e1n su amor,
\ny no hallar\u00e1n nuestros semblantes feos,
\nque siempre brilla hermoso el vencedor.<\/p>\n

\u00a1Hurra, cosacos del desierto…<\/p>\n

Desgarraremos la vencida Europa,
\ncual tigres que devoran su raci\u00f3n;
\nen sangre empaparemos nuestra ropa,
\ncual rojo manto de imperial se\u00f1or.<\/p>\n

Nuestros nobles caballos relinchando
\nregias habitaciones morar\u00e1n;
\ncien esclavos, sus frentes inclinando,
\nal mover nuestros ojos temblar\u00e1n.<\/p>\n

\u00a1Hurra, cosacos del desierto…<\/p>\n

Venid, volad, guerreros del desierto,
\ncomo nubes en negra confusi\u00f3n,
\ntodos suelto el brid\u00f3n, el ojo incierto,
\ntodos atropell\u00e1ndoos en mont\u00f3n.<\/p>\n

Id en la espesa niebla confundidos,
\ncual tromba que arrebata el hurac\u00e1n,
\ncual t\u00e9mpanos de hielo endurecidos
\npor entre rocas despe\u00f1ados van.<\/p>\n

\u00a1Hurra, cosacos del desierto…<\/p>\n

Nuestros padres un tiempo caminaron
\nhasta llegar a una imperial ciudad;
\nun sol m\u00e1s puro es fama que encontraron,
\ny palacios de oro y de cristal.<\/p>\n

Vadearon el T\u00edber sus bridones;
\nyerta a sus pies la tierra enmudeci\u00f3;
\nsu sue\u00f1o con fant\u00e1sticas canciones
\nla fada de los triunfos arrull\u00f3.<\/p>\n

\u00a1Hurra, cosacos del desierto…<\/p>\n

\u00a1Qu\u00e9! \u00bfno sent\u00eds la lanza estremecerse
\nhambrienta en vuestras manos de matar?
\n\u00bfNo veis entre la niebla aparecerse
\nvisiones mil que el parabi\u00e9n nos dan?<\/p>\n

Escudo de esas m\u00edseras naciones
\nera ese muro que abatido fue;
\nla gloria de Polonia y sus blasones
\nen humo y sangre convertidos ved.<\/p>\n

\u00a1Hurra, cosacos del desierto…<\/p>\n

\u00bfQui\u00e9n en dolor troc\u00f3 sus alegr\u00edas?
\n\u00bfQui\u00e9n sus hijos triunfante encaden\u00f3?
\n\u00bfQui\u00e9n puso fin a sus gloriosos d\u00edas?
\n\u00bfQui\u00e9n en su propia sangre los ahog\u00f3?<\/p>\n

\u00a1Hurra, cosacos! \u00a1Gloria al m\u00e1s valiente!
\nEsos hombres de Europa nos ver\u00e1n:
\n\u00a1Hurra! nuestros caballos en su frente
\nhondas sus herraduras marcar\u00e1n.<\/p>\n

\u00a1Hurra, cosacos del desierto…<\/p>\n

A cada bote de la lanza ruda,
\na cada escape en la abrasada lid,
\nla sangrienta raci\u00f3n de sangre cruda
\nbajo la silla sentir\u00e9is hervir.<\/p>\n

Y all\u00e1 despu\u00e9s en templos suntuosos,
\nsirvi\u00e9ndonos de mesa alg\u00fan altar,
\nnuestra sed calmar\u00e1n vinos sabrosos,
\nhartar\u00e1 nuestra hambre blanco pan.<\/p>\n

\u00a1Hurra, cosacos del desierto…<\/p>\n

Y nuestras madres nos ver\u00e1n triunfantes,
\ny a esa caduca Europa a nuestros pies,
\ny acudir\u00e1n de gozo palpitantes,
\nen cada hijo a contemplar un rey.<\/p>\n

Nuestros hijos sabr\u00e1n nuestras acciones,
\nlas coronas de Europa heredar\u00e1n,
\ny a conquistar tambi\u00e9n otras regiones
\nel caballo y la lanza aprestar\u00e1n.<\/p>\n

\u00a1Hurra, cosacos del desierto! \u00a1Hurra!
\nLa Europa os brinda espl\u00e9ndido bot\u00edn,
\nsangrienta charca sus campi\u00f1as sean,
\nde los grajos su ej\u00e9rcito fest\u00edn.<\/p>\n

Canci\u00f3n del pirata<\/strong><\/p>\n

Con diez ca\u00f1ones por banda,
\nviento en popa, a toda vela,
\nno corta el mar, sino vuela
\nun velero bergant\u00edn.
\nBajel pirata que llaman,
\npor su bravura, el Temido,
\nen todo mar conocido
\ndel uno al otro conf\u00edn.<\/p>\n

La luna en el mar r\u00efela,
\nen la lona gime el viento,
\ny alza en blando movimiento
\nolas de plata y azul;
\ny va el capit\u00e1n pirata,
\ncantando alegre en la popa,
\nAsia a un lado, al otro Europa,
\ny all\u00e1 a su frente Stambul:<\/p>\n

\u00abNavega, velero m\u00edo,
\nsin temor,
\nque ni enemigo nav\u00edo
\nni tormenta, ni bonanza
\ntu rumbo a torcer alcanza,
\nni a sujetar tu valor.<\/p>\n

Veinte presas
\nhemos hecho
\na despecho
\ndel ingl\u00e9s,
\ny han rendido
\nsus pendones
\ncien naciones
\na mis pies.<\/p>\n

Que es mi barco mi tesoro,
\nque es mi dios la libertad,
\nmi ley, la fuerza y el viento,
\nmi \u00fanica patria, la mar.<\/p>\n

All\u00e1 muevan feroz guerra
\nciegos reyes
\npor un palmo m\u00e1s de tierra;
\nque yo aqu\u00ed tengo por m\u00edo
\ncuanto abarca el mar brav\u00edo,
\na quien nadie impuso leyes.<\/p>\n

Y no hay playa,
\nsea cualquiera,
\nni bandera
\nde esplendor,
\nque no sienta
\nmi derecho
\ny d\u00e9 pecho
\na mi valor.<\/p>\n

Que es mi barco mi tesoro,
\nque es mi dios la libertad,
\nmi ley, la fuerza y el viento,
\nmi \u00fanica patria, la mar.<\/p>\n

A la voz de \u00ab\u00a1barco viene!\u00bb
\nes de ver
\nc\u00f3mo vira y se previene
\na todo trapo escapar;
\nQue yo soy el rey del mar,
\ny mi furia es de temer.<\/p>\n

En las presas
\nyo divido
\nlo cogido
\npor igual;
\ns\u00f3lo quiero
\npor riqueza
\nla belleza
\nsin rival.<\/p>\n

Que es mi barco mi tesoro,
\nque es mi dios la libertad,
\nmi ley, la fuerza y el viento,
\nmi \u00fanica patria, la mar.<\/p>\n

\u00a1Sentenciado estoy a muerte!
\nYo me r\u00edo;
\nno me abandone la suerte,
\ny al mismo que me condena,
\ncolgar\u00e9 de alguna entena,
\nquiz\u00e1 en su propio nav\u00edo.
\nY si caigo,
\n\u00bfqu\u00e9 es la vida?
\nPor perdida
\nya la di,
\ncuando el yugo
\ndel esclavo,
\ncomo un bravo,
\nsacud\u00ed.<\/p>\n

Que es mi barco mi tesoro,
\nque es mi dios la libertad,
\nmi ley, la fuerza y el viento,
\nmi \u00fanica patria, la mar.<\/p>\n

Son mi m\u00fasica mejor
\naquilones,
\nel estr\u00e9pito y temblor
\nde los cables sacudidos,
\ndel negro mar los bramidos
\ny el rugir de mis ca\u00f1ones.<\/p>\n

Y del trueno
\nal son violento,
\ny del viento
\nal rebramar,
\nyo me duermo
\nsosegado,
\narrullado
\npor el mar.<\/p>\n

Que es mi barco mi tesoro,
\nque es mi dios la libertad,
\nmi ley, la fuerza y el viento,
\nmi \u00fanica patria, la mar.\u00bb<\/p>\n

CANTO II
\nA TERESA (26)<\/strong><\/p>\n

DESCANSA EN PAZ<\/strong><\/p>\n

Bueno es el mundo, \u00a1bueno!, \u00a1bueno!, \u00a1bueno!
\nComo de Dios al fin obra maestra,
\nPor todas partes de delicias lleno,
\nDe que Dios ama al hombre hermosa muestra;
\nSalga la voz alegre de mi seno
\nA celebrar esta vivienda nuestra:
\n\u00a1Paz a los hombres!, \u00a1gloria en las altruas!
\n\u00a1Cantad en vuestra jaula, criaturas!
\n ( por D. Miguel de los Santos Alvarez.)<\/p>\n

\u00bfPor qu\u00e9 volv\u00e9is a la memoria m\u00eda,
\nTristes recuerdos del placer perdido,
\nA aumentar la ansiedad y la agon\u00eda
\nDe este desierto coraz\u00f3n herido?
\n\u00a1Ay!, que de aquellas horas de alegr\u00eda
\nLe qued\u00f3 al coraz\u00f3n s\u00f3lo un gemido,
\n\u00a1Y el llanto que al dolor los ojos niegan,
\nL\u00e1grimas son de hiel que el alma anegan!<\/p>\n

\u00bfD\u00f3nde volaron, \u00a1ay!, aquellas horas
\nDe juventud, de amor y de ventura,
\nRegaladas de m\u00fasicas sonoras,
\nAdornadas de luz y de hermosura?
\nIm\u00e1genes de oro bullidoras,
\nSus alas de carm\u00edn y nieve pura,
\nAl sol de mi esperanza desplegando,
\nPasaban, \u00a1ay!, a mi alrededor cantando.<\/p>\n

Gorjeaban los dulces ruise\u00f1ores,
\nEl sol iluminaba mi alegr\u00eda,
\nEl aura susurraba entre las flores,
\nEl bosque mansamente respond\u00eda,
\nLas fuentes murmuraban sus amores…
\n\u00a1Ilusiones que llora el alma m\u00eda!
\n\u00a1Oh! \u00a1Cu\u00e1n suave reson\u00f3 en mi o\u00eddo
\nel bullicio del mundo y su ru\u00efdo.!<\/p>\n

Mi vida entonces, cual guerrera nave
\nQue el puerto deja por la vez primera
\nY al soplo de los c\u00e9firos suave
\nOrgullosa despliega su bandera,
\nY al mar dejando que a sus pies alabe
\nSu triunfo en roncos cantos, va velera,
\nUna ola tras otra bramadora
\nHollando y dividiendo vencedora,<\/p>\n

\u00a1Ay! En el mar del mundo, en ansia ardiente
\nDe amor volaba; el sol de la ma\u00f1ana
\nLlevaba yo sobre mi tersa frente,
\nY el alma pura de su dicha ufana:
\nDentro de ella, el amor, cual rica fuente
\nQue entre frescura y arboledas mana,
\nBrotaba entonces abundante r\u00edo
\nDe ilusiones y dulce desvar\u00edo.<\/p>\n

Yo amaba todo: Un doble sentimiento
\nExaltaba mi \u00e1nimo, y sent\u00eda
\nEn mi pecho un secreto movimiento
\nDe grandes hechos generoso gu\u00eda.
\nLa libertad, con su inmortal aliento,
\nSanta diosa, mi esp\u00edritu encend\u00eda,
\nContinuo imaginando en mi fe pura
\nSue\u00f1os de gloria al mundo y de ventura.<\/p>\n

El pu\u00f1al de Cat\u00f3n, La adusta frente
\nDel noble Bruto, la constancia fiera
\nY el arrojo de Sc\u00e9vola valiente,
\nLa doctrina de S\u00f3crates severa,
\nLa voz atronadora y elocuente
\nDel orador de Atenas, la bandera
\nContra el tirano macedonio alzando
\nY al espantado pueblo arrebatando.<\/p>\n

El valor y la fe del caballero,
\nDel trovador el arpa y los cantares,
\nDel g\u00f3tico castillo el altanero
\nAntiguo torre\u00f3n, do sus pesares
\nCant\u00f3 tal vez con eco lastimero,
\n\u00a1Ay!, arrancada de sus patrios lares,
\nJoven cautiva, al rayo de la luna,
\nLamentando su ausencia y su fortuna.<\/p>\n

El dulce anhelo del amor que aguarda
\nTal vez, inquieto y con mortal recelo,
\nLa forma bella que cruz\u00f3, gallarda
\nalla en la noche entre el medroso velo;
\nLa ansiada cita que en llegar se tarda
\nAl impaciente y amoroso anhelo,
\nLa mujer y la voz de su dulzura,
\nQue inspira al alma celestial ternura;<\/p>\n

A un tiempo mismo en r\u00e1pida tormenta,
\nMi alma alborotada de continuo,
\nCual las olas que azota con violenta
\nC\u00f3lera impetuoso torbellino;
\nSo\u00f1aba el h\u00e9roe ya, la plebe atenta
\nEn mi voz escuchaba su destino,
\nYa al caballero, al trovador so\u00f1aba
\nY de gloria y de amores suspiraba.<\/p>\n

Hay una voz secreta, un dulce canto,
\nQue el alma s\u00f3lo recogida entiende,
\nUn sentimiento misterioso y santo
\nQue del barro al esp\u00edritu desprende;
\nAgreste, vago y solitario encanto
\nQue en inefable amor el alma enciende,
\nVolando tras la imagen peregrina
\nEl coraz\u00f3n de su ilusi\u00f3n divina.<\/p>\n

Yo, desterrado en extranjera playa,
\nCon los ojos ext\u00e1ticos segu\u00eda
\nLa nave audaz que argentada raya
\nVolaba al puerto de la patria m\u00eda;
\nYo cuando en Occidente el sol desmaya,
\nSolo y perdido en la arboleda umbr\u00eda,
\nO\u00edr pensaba el armonioso acento
\nDe una mujer, al suspirar del viento.<\/p>\n

\u00a1Una mujer! En el templado rayo
\nDe la m\u00e1gica luna se colora,
\nDel sol poniente al l\u00e1nguido desmayo,
\nLejos entre las nubes se evapora;
\nSobre las cumbres que florece mayo,
\nBrilla fugaz al despuntar la aurora,
\nCruza tal vez por entre el bosque umb\u00edo,
\nJuega en las aguas del sereno r\u00edo.<\/p>\n

\u00a1Una mujer! Desl\u00edzase en el cielo
\nAll\u00e1 en la noche desprendida estrella,
\nSi aroma el aire recogi\u00f3 en el suelo,
\nEs el aroma que le presta ella.
\nBlanca es la nube que en callado vuelo
\nCruza la esfera que su planta huella,
\nY en la tarde la mar olas le ofrece
\nDe plata y de zafir donde se mece.<\/p>\n

Mujer que amor en su ilusi\u00f3n figura,
\nMujer que nada dice a los sentidos,
\nEnsue\u00f1o de suav\u00edsima ternura,
\nEco que regal\u00f3 nuestros o\u00eddos:
\nDe amor la llama generosa y pura,
\nLos goces dulces del placer cumplidos
\nQue engalana la rica fantas\u00eda,
\nGoces que avaro el coraz\u00f3n ans\u00eda.<\/p>\n

\u00a1Ay!, aquella mujer, tan s\u00f3lo aqu\u00e9lla
\nTanto delirio a realizar alcanza,
\nY esa mujer tan c\u00e1ndida y tan bella
\nEs mentida ilusi\u00f3n de la esperanza:
\nEs el alma que v\u00edvida destella
\nSu luz al mundo cuando en \u00e9l se lanza,
\nY el mundo con su magia y galanura,
\nEs espejo no m\u00e1s de su hermosura.<\/p>\n

Es el amor que al mismo amor adora,
\nEl que cre\u00f3 las s\u00edlfides y ondinas,
\nLa sacra ninfa que bordando mora
\nDebajo de las aguas cristalinas:
\nEs el amor que recordando llora
\nLas arboledas del Ed\u00e9n divinas,
\nAmor de all\u00ed arrancado, all\u00ed nacido,
\nQue busca en vano aqu\u00ed su bien perdido.<\/p>\n

\u00a1Oh, llama santa! \u00a1Celestial anhelo!
\n\u00a1Sentimiento pur\u00edsimo! \u00a1Memoria
\nAcaso triste de un perdido cielo,
\nQuiz\u00e1 esperanza de futura gloria!
\n\u00a1Huyes y dejas llanto y desconsuelo!
\nOh, mujer, que en imagen ilusoria
\nTan pura, tan feliz, tan placentera,
\nBrind\u00f3 el amor a mi liusi\u00f3n primera!<\/p>\n

\u00a1Oh, Teresa! \u00a1Oh, dolor! L\u00e1grimas m\u00edas,
\n\u00a1Ah!, \u00bfDonde est\u00e1is que no corr\u00e9is a mares?
\n\u00bfPor qu\u00e9, por qu\u00e9 como en mejores d\u00edas
\nNo consol\u00e1is vosotras mis pesares?
\n\u00a1Oh!, Los que no sab\u00e9is las agon\u00edas
\nDe un coraz\u00f3n que penas a millares,
\n\u00a1Ay!, desgarraron, y que ya no llora,
\n\u00a1Piedad tened de mi tormento ahora!<\/p>\n

\u00a1Oh, dichosos mil veces, s\u00ed, dichosos
\nLos que pod\u00e9is llorar! Y, \u00a1ay!, sin ventura
\nDe m\u00ed, que, entre suspiros angustiosos,
\n\u00a1Ahogar me siento en infernal tortura!
\nRetu\u00e9cese entre nudos dolorosos
\nMi coraz\u00f3n gimiendo de amargura…
\nTambi\u00e9n tu coraz\u00f3n hecho pavesa,
\n\u00a1Ah!, lleg\u00f3 a no llorar, \u00a1pobre Teresa!<\/p>\n

\u00bfQui\u00e9n pensara jam\u00e1s, Teresa m\u00eda,
\nQue fuera eterno manantial de llanto
\nTanto inocente amor, tanta alegr\u00eda,
\nTantas delicias y delirio tanto?
\n\u00bfQui\u00e9n pensara jam\u00e1s llegase un d\u00eda
\nen que, perdido el celestial encanto
\nY ca\u00edda la venda de los ojos,
\nCuanto diera placer causara enojos?<\/p>\n

A\u00fan parece, Teresa, que te veo
\nA\u00e9rea cual dorada mariposa,
\nEn sue\u00f1o delicioso del deseo,
\nSobre tallo gentil temprana rosa,
\nDel amor venturoso devaneo,
\nAng\u00e9lica, pur\u00edsima y dichosa,
\nY oigo tu voz dulc\u00edsima, y respiro
\nTu aliento perfumado en tu suspiro.<\/p>\n

Y a\u00fan miro aquellos ojos que robaron
\nA los cielos su azul, y las rosadas
\nTintas sobre la nieve, que envidiaron
\nLas de mayo serenas alboradas;
\nY aquellas horas dulces que pasaron
\nTan breves, \u00a1ay!, como despu\u00e9s lloradas,
\nHoras de confianza y de delicias,
\nDe abandono, y de amor, y de caricias.<\/p>\n

Que as\u00ed las horas r\u00e1pidas pasaban,
\nY pasaba a la par nuestra ventura;
\nY nunca nuestras ansias las contaban,
\nT\u00fa embriagada en mi amor, yo en tu hermosura
\nLas horas \u00a1ay! huyendo nos miraban,
\nLlanto tal vez vertiendo de ternura,
\nQue nuestro amor y juventud ve\u00edan
\nY temblaban las horas que vendr\u00edan.<\/p>\n

Y llegaron en fin.. \u00a1Oh! \u00bfQui\u00e9n, imp\u00edo,
\n\u00a1Ay!, agost\u00f3 la flor de tu pureza?
\nT\u00fa fuiste un tiempo un cristalino r\u00edo,
\nManantial de pur\u00edsima limpieza;
\nDespu\u00e9s torrente de color sombr\u00edo,
\nRompiendo entre pe\u00f1ascos y maleza,
\nY estanque, en fin, de aguas corrompidas,
\nEntre f\u00e9tido fango detenidas.<\/p>\n

\u00bfC\u00f3mo ca\u00edste despe\u00f1ado al suelo,
\nAstro de la ma\u00f1ana luminoso?
\n\u00c1ngel de luz, \u00bfqui\u00e9n te arroj\u00f3 del cielo
\nA este valle de l\u00e1grimas odioso?
\nA\u00fan cercaba tu frente el blanco velo
\nDel seraf\u00edn, y entre ondas fulguroso,
\nRayos al mundo tu esplendor vert\u00eda
\nY otro cielo el amor te promet\u00eda.<\/p>\n

Mas, \u00a1ay!, que es la mujer \u00e1ngel ca\u00eddo
\nO mujer nada m\u00e1s y lodo inmundo,
\nHermoso ser para llorar nacido,
\nO vivir como aut\u00f3mata en el mundo;
\nS\u00ed, que el demonio en el Ed\u00e9n perdido
\nAbrasara con fuego del profundo
\nLa primera mujer, y, \u00a1ay!, aquel fuego
\nLa herencia ha sido de sus hijos luego.<\/p>\n

Brota en el cielo del amor la fuente
\nQue a fecundar el universo mana,
\nY en la tierra su l\u00edmpida corriente
\nSus m\u00e1rgenes con flores engalana:
\nMas, \u00a1ay!, huid: el coraz\u00f3n ardiente
\nQue el agua clara por beber se afana,
\nL\u00e1grimas verter\u00e1 de duelo eterno,
\nQue su raudal lo envenen\u00f3 el infierno.<\/p>\n

Huid, si no quer\u00e9is que llegue un d\u00eda
\nEn que, enredado en retorcidos lazos
\nEl coraz\u00f3n, con b\u00e1rbara porf\u00eda
\nLuch\u00e9is por arranc\u00e1roslo a pedazos;
\nEn que al cielo, en hist\u00e9rica agon\u00eda,
\nFren\u00e9ticos alc\u00e9is entrambos brazos,
\nPara en vuestra impotencia maldecirle,
\nY escupiros, tal vez, al escupirle.<\/p>\n

Los a\u00f1os, \u00a1ay!, de la ilusi\u00f3n pasaron;
\nLas dulces esperanzas que trajeron,
\nCon sus blancos ensue\u00f1os se llevaron,
\nY el porvenir de oscuridad vistieron;
\nLas rosas del amor se marchitaron,
\nLas flores en abrojos convirtieron,
\nY de af\u00e1n tanto y tan so\u00f1ada gloria
\nS\u00f3lo qued\u00f3 una tumba, una memoria.<\/p>\n

\u00a1Pobre Teresa! Al recordarte siento
\nUn pesar tan intenso… Embarga imp\u00edo
\nMi quebrantada voz mi sentimiento,
\nY suspira tu nombre el labio m\u00edo;
\nPara all\u00ed su carrera el pensammiento,
\nHiela mi coraz\u00f3n punzante fr\u00edo,
\nAnte mis ojos la funesta losa,
\nDonde, vil polvo, tu beldad reposa.<\/p>\n

Y t\u00fa, feliz, que hallastes en la muerte
\nSombra a que descansar en tu camino,
\nCuando llegabas m\u00edsera a perderte
\nY era llorar tu \u00fanico destino;
\nCuando en tu frente la implacable suerte
\nGrababa de los r\u00e9probos el sino…
\n\u00a1Feliz!, la muerte te arranc\u00f3 del suelo,
\nY otra vez \u00e1ngel te volviste al cielo.<\/p>\n

Ro\u00edda de recuerdos de amargura,
\nArido el coraz\u00f3n sin ilusiones,
\nLa delicada flor de tu hermosura
\nAjaron del dolor los aquilones;
\nSola y envilecida, y sin ventura,
\nTu coraz\u00f3n secaron las pasiones;
\nTus hijos, \u00a1ay!, de ti se avergonzaran,
\nY hasta el nombre de madre te negaran.<\/p>\n

Tus ojos escaldados por el llanto
\nTu rostro cadav\u00e9rico y hundido,
\nUnico desahogo en tu quebranto,
\nEl hist\u00e9rico, \u00a1ay!, de tu gemido:
\n\u00bfQui\u00e9n, qui\u00e9n pudiera en infortunio tanto
\nenvolver tu desdicha en el olvido,
\nDisipar tu dolor y recogerte
\nEn su seno de paz? \u00a1S\u00f3lo la muerte!<\/p>\n

\u00a1Y tan joven, y ya tan desgraciada!
\nEspir\u00edtu indomable, alma violenta,
\nEn ti, mezquina sociedad lanzada
\nA romper tus barreras turbulenta;
\nNave contra las rocas quebrantada,
\nAll\u00e1 vaga, a merced de la tormenta,
\nEn las olas tal vez n\u00e1ufraga tabla,
\nQue s\u00f3lo ya de sus grandezas habla.<\/p>\n

Un recuerdo de amor que nunca muere
\nY est\u00e1 en mi coraz\u00f3n; un lastimero
\nTierno quejido que en el alma hiere,
\nEco suave de su amor primero:
\n\u00a1Ay! De tu luz, en tanto yo viviere,
\nQuedar\u00e1 un rayo en m\u00ed, blanco lucero,
\nQue iluminaste con tu luz querida
\nLa dorada ma\u00f1ana de mi vida.<\/p>\n

Que yo como una flor que en la ma\u00f1ana
\nAbre su c\u00e1liz al naciente d\u00eda,
\n\u00a1Ay!, al amor abr\u00ed tu alma temprana,
\nY exalt\u00e9 tu inocente fantas\u00eda.
\nYo, inocente tambi\u00e9n, \u00a1oh, cu\u00e1n ufana
\nAl porvenir mi mente sonre\u00eda,
\nY en alas de mi amor con cu\u00e1nto anhelo
\nPens\u00e9 contigo remontarme al cielo!<\/p>\n

Y alegre, audaz, ansioso, enamorado,
\nEn tus brazos, en l\u00e1nguido abandono,
\nDe glorias y deleites rodeado,
\nLevantar para ti so\u00f1\u00e9 yo un trono:
\nY all\u00ed, t\u00fa venturosa y yo a tu lado,
\nVencer del mundo el implacable encono,
\nY en un tiempo sin horas y medida
\nVer como un sue\u00f1o resbalar la vida.<\/p>\n

\u00a1Pobre Teresa! Cuando ya tus ojos
\nAridos ni una l\u00e1grima brotaban;
\nCuando ya su color tus labios rojos
\nEn c\u00e1rdenos matices camb\u00efaban;
\nCuando, de tu dolor tristes despojos,
\nLa vida y su ilusi\u00f3n te abandonaban
\nY consum\u00eda lenta calentura
\nTu coraz\u00f3n al par de tu amargura;<\/p>\n

Si en tu penosa y \u00faltima agon\u00eda
\nVolviste a lo pasado el pensamiento;
\nSi comparaste a tu existencia un d\u00eda
\nTu triste soledad y tu aislamiento;
\nSi arroj\u00f3 a tu dolor tu fantas\u00eda
\nTus hijos, \u00a1ay!, en tu postrer momento,
\nA otra mujer tal vez acariciando,
\nMadre tal vez a otra mujer llamando.<\/p>\n

Si el cuadro de tus breves glorias viste
\nPasar como fant\u00e1stica quimera,
\nY si la voz de tu conciencia o\u00edste
\nDentro de ti grit\u00e1ndote severa;
\nS\u00ed, en fin, entonces t\u00fa llorar quisiste
\nY no brot\u00f3 una l\u00e1grima siquiera
\nTu seco coraz\u00f3n, y a Dios llamaste,
\nY no te escuch\u00f3 Dios, y blasfemaste;<\/p>\n

\u00a1Oh, cruel! \u00a1Muy cruel! \u00a1Matirio horrendo!
\n\u00a1Espantosa expiaci\u00f3n de tu pecado!
\n\u00a1Sobre un lecho de espinas maldiciendo,
\nMorir el coraz\u00f3n desesperado!
\nTus mismas manos de dolor mordiendo,
\nPresente a tu conciencia lo pasado,
\nBuscando en vano con los ojos fijos
\nY extendiendo tus brazos a tus hijos.<\/p>\n

\u00a1Oh, cruel! \u00a1Muy cruel!… \u00a1Ah!, yo, entrentanto,
\nDentro del pecho mi dolor oculto,
\nEnjugo de mis p\u00e1rpados el llanto
\nY doy al mundo el exigido culto;
\nYo escondo con verg\u00fcenza mi quebranto,
\nMi propia pena con mi risa insulto,
\nY me divierto en arrancar del pecho
\nMi mismo coraz\u00f3n pedazos hecho.<\/p>\n

Gocemos, s\u00ed; la cristalina esfera
\nGira ba\u00f1ada en luz: \u00a1bella es la vida!
\n\u00bfQui\u00e9n a parar alcanza la carrera
\nDel mundo hermoso que al placer convida?
\nBrilla radiante el sol, la primavera
\nLos campos pinta en la estaci\u00f3n florida:
\nTru\u00e9quese en risa mi dolor profundo…
\nQue haya un cad\u00e1ver mas, \u00a1qu\u00e9 importa al mundo!<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

EL REO DE MUERTE \u00a1Para hacer bien por el alma del que van a ajusticiar! I Reclinado sobre el suelo con lenta amarga agon\u00eda, pensando en el triste d\u00eda que pronto amanecer\u00e1, en silencio gime el reo y el fatal momento espera en que el sol por vez postrera en su frente lucir\u00e1. Un altar … Continue reading Selecci\u00f3n de poemas de Jos\u00e9 de Espronceda<\/span><\/a><\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":0,"parent":0,"menu_order":0,"comment_status":"closed","ping_status":"open","template":"","meta":{"footnotes":""},"class_list":["post-116","page","type-page","status-publish","hentry"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/116","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/pages"}],"about":[{"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/page"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=116"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/116\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":117,"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/116\/revisions\/117"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=116"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}