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{"id":69,"date":"2011-03-05T19:47:00","date_gmt":"2011-03-05T19:47:00","guid":{"rendered":"https:\/\/www.poesia-castellana\/?page_id=69"},"modified":"2011-03-05T19:47:00","modified_gmt":"2011-03-05T19:47:00","slug":"seleccion-de-poemas-de-antonio-machado","status":"publish","type":"page","link":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/seleccion-de-poemas-de-antonio-machado","title":{"rendered":"Selecci\u00f3n de poemas de Antonio Machado"},"content":{"rendered":"

HE ANDADO MUCHOS CAMINOS<\/strong><\/p>\n

He andado muchos caminos,
\nhe abierto muchas veredas,
\nhe navegado en cien mares
\ny atracado en cien riberas.<\/p>\n

En todas partes he visto
\ncaravanas de tristeza,
\nsoberbios y melanc\u00f2licos
\nborrachos de sombra negra,<\/p>\n

y pedantones al pa\u00f1o
\nque miran, callan y piensan
\nque saben, porque no beben
\nel vino de las tabernas.<\/p>\n

Mala gente que camina
\ny va apestando la tierra…<\/p>\n

Y en todas partes he visto
\ngentes que danzan o juegan
\ncuando pueden, y laboran
\nsus cuatro palmos de tierra.<\/p>\n

Nunca, si llegan a un sitio,
\npreguntan ad\u00f2nde llegan.
\nCuando caminan, cabalgan
\na lomos de mula vieja,<\/p>\n

y no conocen la prisa
\nni aun en los d\u00edas de fiesta.
\nDonde hay vino, beben vino;
\ndonde no hay vino, agua fresca<\/p>\n

Son buenas gentes que viven,
\nlaboran, pasan y sue\u00f1an,
\ny en un d\u00eda como tantos
\ndescansan bajo la tierra.<\/p>\n

INVENTARIO GALANTE<\/strong><\/p>\n

Tus ojos me recuerdan
\nlas noches de verano,
\nnegras noches sin luna,
\norilla al mar salado,
\ny el chispear de estrellas
\ndel cielo negro y bajo.
\nTus ojos me recuerdan
\nlas noches de verano.
\nY tu morena carne,
\nlos trigos requemados
\ny el suspirar de fuego
\nde los maduros campos.<\/p>\n

Tu hermana es clara y d\u00e9bil
\ncomo los juncos l\u00e1nguidos,
\ncomo los sauces tristes,
\ncomo los linos glaucos.
\nTu hermana es un lucero
\nen el azul lejano…
\nY es alba y aura fr\u00eda
\nsobre los pobres \u00e1lamos
\nque en las orillas tiemblan
\ndel r\u00edo humilde y manso.
\nTu hermana es un lucero
\nen el azul lejano.<\/p>\n

De tu morena gracia,
\nde tu so\u00f1ar gitano,
\nde tu mirar de sombra
\nquiero llenar mi vaso.<\/p>\n

Me embriagar\u00e9 una noche
\nde cielo negro y bajo,
\npara cantar contigo,
\norilla al mar salado,
\nuna canci\u00f2n que deje
\ncenizas en los labios…
\nDe tu mirar de sombra
\nquiero llenar mi vaso.<\/p>\n

Para tu linda hermana
\narrancar\u00e9 los ramos
\nde florecillas nuevas
\na los almendros blancos,
\nen un tranquilo y triste
\nalborear de marzo.
\nLos regar\u00e9 con agua
\nde los arroyos claros,
\nlos atar\u00e9 con verdes
\njunquillos del remanso…
\nPara tu linda hermana
\nyo har\u00e9 un ramito blanco.<\/p>\n

ME DIJO UNA TARDE<\/p>\n

Me dijo una tarde
\nde la primavera:
\nSi buscas caminos
\nen flor en la tierra,
\nmata tus palabras
\ny oye tu alma vieja.
\nQue el mismo albo lino
\nque te vista sea
\ntu traje de duelo,
\ntu traje de fiesta.
\nAma tu alegr\u00eda
\ny ama tu tristeza,
\nsi buscas caminos
\nen flor en la tierra.
\nRespond\u00ed a la tarde
\nde la primavera:<\/p>\n

\u2014T\u00fa has dicho el secreto
\nque en mi alma reza:
\nyo odio la alegr\u00eda
\npor odio a la pena.
\nMas antes que pise
\ntu florida senda,
\nquisiera traerte
\nmuerta mi alma vieja.<\/p>\n

ERA UNA MA\u00d1ANA Y ABRIL SONRE\u00cdA<\/strong><\/p>\n

Era una ma\u00f1ana y abril sonre\u00eda.
\nFrente al horizonte dorado mor\u00eda
\nla luna, muy blanca y opaca; tras ella,
\ncual tenue ligera quimera, corr\u00eda
\nla nube que apenas enturbia una estrella.<\/p>\n

Como sonre\u00eda la rosa ma\u00f1ana,
\nal sol del oriente abr\u00ed mi ventana;
\ny en mi triste alcoba penetr\u00f2 el oriente
\nen canto de alondras, en risa de fuente
\ny en suave perfume de flora temprana.<\/p>\n

Fue una clara tarde de melancol\u00eda.
\nAbril sonre\u00eda. Yo abr\u00ed las ventanas
\nde mi casa al viento… El viento tra\u00eda
\nperfumes de rosas, doblar de campanas…<\/p>\n

Doblar de campanas lejanas, llorosas,
\ns\u00fcave de rosas aromado aliento…
\n…\u00bfD\u00f2nde est\u00e1n los huertos floridos de rosas?
\n\u00bfQu\u00e9 dicen las dulces campanas al viento?<\/p>\n

Pregunt\u00e9 a la tarde de abril que mor\u00eda:
\n\u2014\u00bfAl fin la alegr\u00eda se acerca a mi casa?
\nLa tarde de abril sonri\u00f2: \u2014La alegr\u00eda
\npas\u00f2 por tu puerta-y luego, sombr\u00eda\u2014:
\nPas\u00f2 por tu puerta. Dos veces no pasa.<\/p>\n

ANOCHE CUANDO DORM\u00cdA<\/strong><\/p>\n

Anoche cuando dorm\u00eda
\nso\u00f1\u00e9, \u00a1bendita ilusi\u00f2n!,
\nque una fontana flu\u00eda
\ndentro de mi coraz\u00f2n.
\nDi: \u00bfpor qu\u00e9 acequia escondida,
\nagua, vienes hasta m\u00ed,
\nmanantial de nueva vida
\nen donde nunca beb\u00ed?<\/p>\n

Anoche cuando dorm\u00eda
\nso\u00f1\u00e9, \u00a1bendita ilusi\u00f2n!,
\nque una colmena ten\u00eda
\ndentro de mi coraz\u00f2n;
\ny las doradas abejas
\niban fabricando en \u00e9l,
\ncon las amarguras viejas,
\nblanca cera y dulce miel.<\/p>\n

Anoche cuando dorm\u00eda
\nso\u00f1\u00e9, \u00a1bendita ilusi\u00f2n!,
\nque un sol ardiente luc\u00eda
\ndentro de mi coraz\u00f2n.
\nEra ardiente porque daba
\ncalores de rojo hogar,
\ny era sol porque alumbraba
\ny porque hac\u00eda llorar.<\/p>\n

Anoche cuando dorm\u00eda
\nso\u00f1\u00e9, \u00a1bendita ilusi\u00f2n!,
\nque era Dios lo que ten\u00eda
\ndentro de mi coraz\u00f2n.<\/p>\n

RETRATO<\/strong><\/p>\n

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
\ny un huerto claro donde madura el limonero;
\nmi juventud, veinte a\u00f1os en tierra de Castilla;
\nmi historia, algunos casos que recordar no quiero.<\/p>\n

Ni un seductor Ma\u00f1ara ni un Bradom\u00edn he sido
\n\u2014ya conoc\u00e9is mi torpe ali\u00f1o indumentario\u2014;
\nmas recib\u00ed la flecha que me asign\u00f2 Cupido
\ny am\u00e9 cuanto ellas pueden tener de hospitalario.<\/p>\n

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
\npero mi verso brota de manantial sereno;
\ny, m\u00e1s que un hombre al uso que sabe su doctrina,
\nsoy, en el buen sentido de la palabra, bueno.<\/p>\n

Adoro la hermosura, y en la moderna est\u00e9tica
\ncort\u00e9 las viejas rosas del huerto de Ronsard;
\nmas no amo los afeites de la actual cosm\u00e9tica
\nni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.<\/p>\n

Desde\u00f1o las romanzas de los tenores huecos
\ny el coro de los grillos que cantan a la luna.
\nA distinguir me paro las voces de los ecos,
\ny escucho solamente, entre las voces, una.<\/p>\n

\u00bfSoy cl\u00e1sico o rom\u00e1ntico? No s\u00e9. Dejar quisiera
\nmi verso como deja el capit\u00e1n su espada:
\nfamosa por la mano viril que la blandiera,
\nno por el docto oficio del forjador preciada.<\/p>\n

Converso con el hombre que siempre va conmigo
\n\u2014quien habla solo espera hablar a Dios un d\u00eda\u2014;
\nmi soliloquio es pl\u00e1tica con este buen amigo
\nque me ense\u00f1\u00f2 el secreto de la filantrop\u00eda.<\/p>\n

Y al cabo, nada os debo; deb\u00e9isme cuanto he escrito.
\nA mi trabajo acudo, con mi dinero pago
\nel traje que me cubre y la mansi\u00f2n que habit\u00f2,
\nel pan que me alimenta y el lecho en donde yago.<\/p>\n

Y cuando llegue el d\u00eda del \u00faltimo viaje
\ny est\u00e9 a partir la nave que nunca ha de tornar,
\nme encontrar\u00e9is a bordo ligero de equipaje,
\ncasi desnudo, como los hijos de la mar.<\/p>\n

A ORILLAS DEL DUERO<\/strong><\/p>\n

Mediaba el mes de julio. Era un hermoso d\u00eda.
\nYo, solo, por las quiebras del pedregal sub\u00eda,
\nbuscando los recodos de sombra, lentamente.
\nA trechos me paraba para enjugar mi frente
\ny dar alg\u00fan respiro al pecho jadeante;
\no bien, ahincando el paso, el cuerpo hacia delante
\ny hacia la mano diestra vencido y apoyado
\nen un bast\u00f2n, a guisa de pastoril cayado,
\ntrepaba por los cerros que habitan las rapaces
\naves de altura, hollando las hierbas montaraces
\nde fuerte olor-romero, tomillo, salvia, espliego\u2014.
\nSobre los agrios campos ca\u00eda un sol de fuego.<\/p>\n

Un buitre de anchas alas, con majestuoso vuelo
\ncruzaba solitario el puro azul del cielo.
\nYo divisaba, lejos, un monte alto y agudo,
\ny una redonda loma cual recamado escudo,
\ny c\u00e1rdenos alcores sobre la parda tierra
\n\u2014harapos esparcidos de un viejo arn\u00e9s de guerra\u2014,
\nlas serrezuelas calvas por donde tuerce el Duero
\npara formar la corva ballesta de un arquero
\nen torno a Soria. \u2014Soria es una barbacana
\nhacia Arag\u00f2n que tiene la torre castellana\u2014.
\nVe\u00eda el horizonte cerrado por colinas
\noscuras, coronadas de robles y de encinas;
\ndesnudos pe\u00f1ascales, alg\u00fan humilde prado
\ndonde el merino pace y el toro arrodillado
\nsobre la hierba rumia, las m\u00e1rgenes del r\u00edo
\nlucir sus verdes \u00e1lamos al claro sol de est\u00edo
\ny, silenciosamente, lejanos pasajeros,
\n\u00a1tan diminutos! \u2014carros, jinetes y arrieros\u2014,
\ncruzar el largo puente y bajo las arcadas
\nde piedra ensombrecerse las agujas plateadas
\ndel Duero.<\/p>\n

El Duero cruza el coraz\u00f2n de roble
\nde Iberia y de Castilla.<\/p>\n

\u00a1Oh tierra triste y noble,
\nla de los altos llanos y yermos y roquedas,
\nde campos sin arados, regatos ni arboledas;
\ndecr\u00e9pitas ciudades, caminos sin mesones
\ny at\u00f2nitos palurdos sin danzas ni canciones
\nque a\u00fan van, abandonando el mortecino hogar,
\ncomo tus largos r\u00edos, Castilla, hacia la mar!<\/p>\n

Castilla miserable, ayer dominadora,
\nenvuelta en sus andrajos, desprecia cuanto ignora.
\n\u00bfEspera, duerme o sue\u00f1a? \u00bfLa sangre derramada
\nrecuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada?
\nTodo se mueve, fluye, discurre, corre o gira;
\ncambian la mar y el monte y el ojo que los mira.
\n\u00bfPas\u00f2? Sobre sus campos aun el fantasma yerra
\nde un pueblo que pon\u00eda a Dios sobre la guerra.<\/p>\n

La madre en otro tiempo fecunda en capitanes
\nmadrastra es apenas de humildes ganapanes.
\nCastilla no es aquella tan generosa un d\u00eda,
\ncuando Mio Cid Rodrigo el de Vivar volv\u00eda,
\nufano de su nueva fortuna y su opulencia,
\na regalar a Alfonso los huertos de Valencia;
\no que, tras la aventura que acredit\u00f2 sus br\u00edos,
\nped\u00eda la conquista de los inmensos r\u00edos
\nindianos. a la corte; la madre de soldados,
\nguerreros y adalides que han de tornar cargados
\nde plata y oro a Espa\u00f1a, en regios galeones,
\npara la presa, cuervos; para la lid, leones.
\nFil\u00f2sofos nutridos de sopa de convento
\ncontemplan impasibles el amplio firmamento;
\ny si les llega en sue\u00f1os, como un rumor distante,
\nclamor de mercaderes de muelles de Levante,
\nno acudir\u00e1n siquiera a preguntar \u00bfqu\u00e9 pasa?
\nY ya la guerra ha abierto las puertas de su casa.<\/p>\n

Castilla miserable, ayer dominadora;
\nenvuelta en sus harapos, desprecia cuanto ignora.<\/p>\n

El sol va declinando. De la ciudad lejana
\nme llega un armonioso ta\u00f1ido de campana
\n\u2014ya ir\u00e1n a su rosario las enlutadas viejas\u2014.
\nDe entre las pe\u00f1as salen dos lindas comadrejas;
\nme miran y se alejan, huyendo, y aparecen
\nde nuevo, \u00a1tan curiosas! … Los campos se oscurecen.
\nHacia el camino blanco est\u00e1 el mes\u00f2n abierto
\nal campo ensombrecido y al pedregal desierto.<\/p>\n

POR TIERRAS DE ESPA\u00d1A<\/strong><\/p>\n

El hombre de estos campos que incendia los pinares
\ny su despojo aguarda como bot\u00edn de guerra,
\nanta\u00f1o hubo ra\u00eddo los negros encinares,
\ntalado los robustos robledos de la sierra.<\/p>\n

Hoy ve sus pobres hijos huyendo de sus lares;
\nla tempestad llevarse los limos de la tierra
\npor los sagrados r\u00edos hacia los anchos mares;
\ny en p\u00e1ramos malditos trabaja, sufre y yerra.<\/p>\n

Es hijo de una estirpe de rudos caminantes,
\npastores que conducen sus hordas de merinos
\na Extremadura f\u00e9rtil, reba\u00f1os trashumantes
\nque mancha el polvo y dora el sol de los caminos.<\/p>\n

Peque\u00f1o, \u00e1gil, sufrido, los ojos de hombre astuto,
\nhundidos, recelosos, movibles; y trazadas
\ncual arco de ballesta, en el semblante enjuto
\nde p\u00f2mulos salientes, las cejas muy pobladas.<\/p>\n

Abunda el hombre malo del campo y de la aldea,
\ncapaz de insanos vicios y cr\u00edmenes bestiales,
\nque bajo el pardo sayo esconde un alma fea,
\nesclava de los siete pecados capitales.<\/p>\n

Los ojos siempre turbios de envidia o de tristeza,
\nguarda su presa y llora la que el vecino alcanza;
\nni para su infortunio ni goza su riqueza;
\nle hieren y acongojan fortuna y malandanza.<\/p>\n

El numen de estos campos es sanguinario y fiero:
\nal declinar la tarde, sobre el remoto alcor,
\nver\u00e9is agigantarse la forma de un arquero,
\nla forma de un inmenso centauro flechador.<\/p>\n

Ver\u00e9is llanuras b\u00e9licas y p\u00e1ramos de asceta
\n\u2014no fue por estos campos el b\u00edblico jard\u00edn\u2014;
\nson tierras para el \u00e1guila, un trozo de planeta
\npor donde cruza errante la sombra de Ca\u00edn.<\/p>\n

A UN OLMO SECO<\/strong><\/p>\n

Al olmo viejo, podrido por el rayo
\ny en su mitad podrido,
\ncon las lluvias de abril y el sol de mayo
\nalgunas hojas verdes le han salido.<\/p>\n

\u00a1El olmo centenario en la colina
\nque lame el Duero! Un musgo amarillento
\nle mancha la corteza blanquecina
\nal tronco carcomido y polvoriento.<\/p>\n

No ser\u00e1, cual los \u00e1lamos cantores
\nque guardan el camino y la ribera,
\nhabitado de pardos ruise\u00f1ores.<\/p>\n

Ej\u00e9rcito de hormigas en hilera
\nva trepando por \u00e9l, y en sus entra\u00f1as
\nurden sus telas grises las ara\u00f1as.<\/p>\n

Antes que te derribe, olmo del Duero,
\ncon su hacha el le\u00f1ador, y el carpintero
\nte convierta en melena de campana,
\nlanza de carro o yugo de carreta;
\nantes que rojo en el hogar, ma\u00f1ana,
\nardas, de alguna m\u00edsera caseta,
\nal borde de un camino;
\nantes que te descuaje un torbellino
\ny tronche el soplo de las sierras blancas;
\nantes que el r\u00edo hasta la mar te empuje
\npor valles y barrancas,
\nolmo, quiero anotar en mi cartera
\nla gracia de tu rama verdecida.
\nMi coraz\u00f2n espera
\ntambi\u00e9n, hacia la luz y hacia la vida,
\notro milagro de la primavera.<\/p>\n

NUNCA PERSEGU\u00cd LA GLORIA<\/strong><\/p>\n

Nunca persegu\u00ed la gloria
\nni dejar en la memoria
\nde los hombres mi canci\u00f2n;
\nyo amo los mundos sutiles,
\ningr\u00e1vidos y gentiles
\ncomo pompas de jab\u00f2n.
\nMe gusta verlos pintarse
\nde sol y grana, volar
\nbajo el cielo azul, temblar
\ns\u00fabitamente y quebrarse.<\/p>\n

RECUERDO INFANTIL<\/strong><\/p>\n

Una tarde parda y fr\u00eda
\nde invierno. Los colegiales
\nestudian. Monoton\u00eda
\nde lluvia tras los cristales.<\/p>\n

Es la clase. En un cartel
\nse representa a Ca\u00edn
\nfugitivo, y muerto Abel,
\njunto a una mancha carm\u00edn.<\/p>\n

Con timbre sonoro y hueco
\ntruena el maestro, un anciano
\nmal vestido, enjuto y seco,
\nque lleva un libro en la mano.<\/p>\n

Y todo un coro infantil
\nva cantando la lecci\u00f2n:
\nmil veces ciento, cien mil;
\nmil veces mil, un mill\u00f2n.<\/p>\n

Una tarde parda y fr\u00eda
\nde invierno. Los colegiales
\nestudian. Monoton\u00eda
\nde la lluvia en los cristales.<\/p>\n

EL LIMONERO L\u00c1NGUIDO SUSPENDE<\/strong><\/p>\n

El limonero l\u00e1nguido suspende
\nuna p\u00e1lida rama polvorienta
\nsobre el encanto de la fuente limpia,
\ny all\u00e1 en el fondo sue\u00f1an
\nlos frutos de oro…
\nEs una trade clara,
\ncasi de primavera;
\ntibia tarde de marzo,
\nque al h\u00e1lito de abril cercano lleva;
\ny estoy solo, en el patio silencioso,
\nbuscando una ilusi\u00f2n c\u00e1ndida y vieja:
\nalguna sombra sobre el blanco muro,
\nalg\u00fan recuerdo, en el pretil de piedra
\nde la fuente dormido, o, en el aire,
\nalg\u00fan vagar de t\u00fanica ligera.<\/p>\n

En el ambiente de la tarde flota
\nese aroma de ausencia
\nque dice al alma luminosa: nunca,
\ny al coraz\u00f2n: espera.<\/p>\n

Ese aroma que evoca los fantasmas
\nde las fragancias v\u00edrgenes y muertas.<\/p>\n

S\u00ed, te recuerdo, tarde alegre y clara,
\ncasi de primavera,
\ntarde sin flores, cuando me tra\u00edas
\nel buen perfume de la hierbabuena,
\ny de la buena albahaca,
\nque ten\u00eda mi madre en sus macetas.<\/p>\n

Que t\u00fa me viste hundir mis manos puras
\nen el agua serena,
\npara alcanzar los frutos encantados
\nque hoy en el fondo de la fuente sue\u00f1an…<\/p>\n

S\u00ed, te conozco, tarde alegre y clara,
\ncasi de primavera.<\/p>\n

YO ESCUCHO LOS CANTOS<\/strong><\/p>\n

Yo escucho los cantos
\nde viejas cadencias,
\nque los ni\u00f1os cantan
\ncuando en corro juegan,
\ny vierten en coro
\nsus almas que sue\u00f1an,
\ncual vierten sus aguas
\nlas fuentes de piedra:
\ncon monoton\u00edas
\nde risas eternas,
\nque no son alegres;
\ncon l\u00e1grimas viejas,
\nque no son amargas,
\ny dicen tristezas,
\ntristezas de amores
\nde antiguas leyendas.<\/p>\n

En los labios ni\u00f1os,
\nlas canciones llevan
\nconfusa la historia
\ny clara la pena;
\ncomo clara el agua
\nlleva su conseja
\nde viejos amores,
\nque nunca se cuentan.<\/p>\n

Jugando, a la sombra
\nde una plaza vieja,
\nlos ni\u00f1os cantaban…<\/p>\n

La fuente de piedra
\nvert\u00eda su eterno
\ncristal de leyenda.<\/p>\n

Cantaban los ni\u00f1os
\ncanciones ingenuas
\nde un algo que pasa
\ny que nunca llega:
\nla historia confusa
\ny clara la pena.<\/p>\n

Segu\u00eda su cuento
\nla fuente serena.
\nBorrada la historia,
\ncontaba la pena.<\/p>\n

YO VOY SO\u00d1ANDO CAMINOS<\/strong><\/p>\n

Yo voy so\u00f1ando caminos
\nde la tarde. \u00a1Las colinas
\ndoradas, los verdes pinos,
\nlas polvorientas encinas! …
\n\u00bfAd\u00f2nde el camino ir\u00e1?
\nYo voy cantando, viajero
\na lo largo del sendero…
\n\u2014La tarde cayendo est\u00e1\u2014.
\n\u00abEn el coraz\u00f2n ten\u00eda
\nla espina de una pasi\u00f2n;
\nlogr\u00e9 arranc\u00e1rmela un d\u00eda,
\nya no siento el coraz\u00f2n.\u00bb<\/p>\n

Y todo el campo un momento
\nse queda, mudo y sombr\u00edo,
\nmeditando. Suena el viento
\nen los \u00e1lamos del r\u00edo.<\/p>\n

La tarde m\u00e1s se oscurece;
\ny el camino que serpea
\ny d\u00e9bilmente blanquea
\nse enturbia y desaparece.<\/p>\n

Mi cantar vuelve a pla\u00f1ir:
\n\u00abAguda espina dorada,
\nqui\u00e9n te pudiera sentir
\nen el coraz\u00f2n clavada.\u00bb<\/p>\n

AMADA, EL AURA DICE<\/strong><\/p>\n

Amada, el aura dice
\ntu pura veste blanca…
\nNo te ver\u00e1n mis ojos;
\n\u00a1mi coraz\u00f2n te aguarda!<\/p>\n

El aura me ha tra\u00eddo
\ntu nombre en la ma\u00f1ana;
\nel eco de tus pasos
\nrepite la monta\u00f1a…
\nNo te ver\u00e1n mis ojos;
\n\u00a1mi coraz\u00f2n te aguarda!<\/p>\n

En las sombr\u00edas torres
\nrepican las campanas…
\nNo te ver\u00e1n mis ojos;
\n\u00a1mi coraz\u00f2n te aguarda!<\/p>\n

Los golpes del martillo
\ndicen la negra caja;
\ny el sitio de la fosa,
\nlos golpes de la azada…
\nNo te ver\u00e1n mis ojos;
\n\u00a1mi coraz\u00f2n te aguarda!<\/p>\n

PRELUDIO<\/strong><\/p>\n

Mientras la sombra pasa de un santo amor, hoy quiero
\nponer un dulce salmo sobre mi viejo atril.
\nAcordar\u00e9 las notas del \u00f2rgano severo
\nal suspirar fragante del p\u00edfano de abril.<\/p>\n

Madurar\u00e1n su aroma las pomas oto\u00f1ales;
\nla mirra y el incienso salmodiar\u00e1n su olor;
\nexhalar\u00e1n su fresco perfume los rosales,
\nbajo la paz en sombra del tibio huerto en flor.<\/p>\n

Al grave acorde lento de m\u00fasica y aroma,
\nla sola y vieja y noble raz\u00f2n de mi rezar
\nlevantar\u00e1 su vuelo s\u00fcave de paloma,
\ny la palabra blanca se elevar\u00e1 al altar.<\/p>\n

CRECE EN LA PLAZA EN SOMBRA<\/strong><\/p>\n

Crece en la plaza en sombra
\nel musgo, y en la piedra vieja y santa
\nde la iglesia. En el atrio hay un mendigo…
\nM\u00e1s vieja que la iglesia tiene el alma.<\/p>\n

Sube muy lento, en las ma\u00f1anas fr\u00edas,
\npor la marm\u00f2rea grada,
\nhasta un rinc\u00f2n de piedra… All\u00ed aparece
\nsu mano seca entre la rota capa.<\/p>\n

Con las \u00f2rbitas huecas de sus ojos
\nha visto c\u00f2mo pasan
\nlas blancas sombras en los claros d\u00edas,
\nlas blancas sombras de las horas santas.<\/p>\n

ME DIJO UN ALBA DE LA PRIMAVERA<\/strong><\/p>\n

Me dijo un alba de la primavera:
\n\u2014Yo florec\u00ed en tu coraz\u00f2n sombr\u00edo
\nha muchos a\u00f1os, caminante viejo
\nque no cortas las flores del camino.<\/p>\n

Tu coraz\u00f2n de sombra, \u00bfacaso guarda
\nel viejo aroma de mis viejos lirios?
\n\u00bfPerfuman aun mis rosas la alba frente
\ndel hada de tu sue\u00f1o adamantino?<\/p>\n

Respond\u00ed a la ma\u00f1ana:
\n\u2014S\u00f2lo tienen cristal los sue\u00f1os m\u00edos.
\nYo no conozco el hada de mis sue\u00f1os,
\nni s\u00e9 si est\u00e1 mi coraz\u00f2n florido.<\/p>\n

Pero si aguardas la ma\u00f1ana pura
\nque ha de romper el vaso cristalino,
\nquiz\u00e1s el hada te dar\u00e1 tus rosas;
\nm\u00ed coraz\u00f2n, tus lirios.<\/p>\n

ABRIL FLOREC\u00cdA<\/strong><\/p>\n

Abril florec\u00eda
\nfrente a mi ventana.
\nEntre los jazmines
\ny las rosas blancas
\nde un balc\u00f2n florido
\nvi las dos hermanas.
\nLa menor cos\u00eda;
\nla mayor hilaba…
\nEntre los jazmines
\ny las rosas blancas,
\nla m\u00e1s peque\u00f1ita,
\nrisue\u00f1a y rosada
\n\u2014su aguja en el aire\u2014,
\nmir\u00f2 a mi ventana.<\/p>\n

La mayor segu\u00eda,
\nsilenciosa y p\u00e1lida,
\nel huso en su rueca
\nque el lino enroscaba.
\nAbril florec\u00eda
\nfrente a mi ventana.<\/p>\n

Una clara tarde
\nla mayor lloraba
\nentre los jazmines
\ny las rosas blancas,
\ny ante el blanco lino
\nque en su rueca hilaba.<\/p>\n

\u2014\u00bfQu\u00e9 tienes\u2014le dije\u2014,
\nsilenciosa p\u00e1lida?
\nSe\u00f1al\u00f2 el vestido
\nque empez\u00f2 la hermana.
\nEn la negra t\u00fanica
\nla aguja brillaba;
\nsobre el blanco velo,
\nel dedal de plata.
\nSe\u00f1al\u00f2 la tarde
\nde abril que so\u00f1aba,
\nmientras que se o\u00eda
\nta\u00f1er de campanas.
\nY en la clara tarde
\nme ense\u00f1\u00f2 sus l\u00e1grimas…
\nAbril florec\u00eda
\nFrente a mi ventana.<\/p>\n

Fue otro abril alegre
\ny otra tarde pl\u00e1cida.
\nEl balc\u00f2n florido
\nsolitario estaba…
\nNi la peque\u00f1ita
\nrisue\u00f1a y rosada,
\nni la hermana triste,
\nsilenciosa y p\u00e1lida,
\nni la negra t\u00fanica,
\nni la toca blanca…
\nTan s\u00f2lo en el huso
\nel lino giraba
\npor mano invisible,
\ny en la oscura sala
\nla luna del limpio
\nespejo brillaba…
\nEntre los jazmines
\ny las rosas blancas
\ndel balc\u00f2n florido
\nme mir\u00e9 en la clara
\nluna del espejo
\nque lejos so\u00f1aba…
\nAbril florec\u00eda
\nfrente a m\u00ed ventana.<\/p>\n

DE LA VIDA<\/strong><\/p>\n

\u00a1Ay del que llega sediento
\na ver el agua correr
\ny dice: La sed que siento
\nno me la calma el beber!<\/p>\n

\u00a1Ay de quien bebe, y, saciada
\nla sed, desprecia la vida:
\nmoneda al tah\u00far prestada,
\nque sea al azar rendida!<\/p>\n

Del iluso que suspira
\nbajo el orden soberano,
\ny del que sue\u00f1a la lira
\npitag\u00f2rica en su mano.<\/p>\n

\u00a1Ay del noble peregrino
\nque se para a meditar,
\ndespu\u00e9s de largo camino,
\nen el horror de llegar!<\/p>\n

\u00a1Ay de la melancol\u00eda
\nque llorando se consuela,
\ny de la meloman\u00eda
\nde un coraz\u00f2n de zarzuela!<\/p>\n

\u00a1Ay de nuestro ruise\u00f1or,
\nsi en una noche serena
\nse cura del mal de amor
\nque llora y canta su pena!<\/p>\n

\u00a1De los jardines secretos,
\nde los pensiles so\u00f1ados
\ny de los sue\u00f1os poblados
\nde prop\u00f2sitos discretos!<\/p>\n

\u00a1Ay del gal\u00e1n sin fortuna
\nque ronda a la luna bella,
\nde cuantos caen de la luna,
\nde cuantos se marchan a ella!<\/p>\n

\u00a1De quien el fruto prendido
\nen la rama no alcanz\u00f2,
\nde quien el fruto ha mordido
\ny el gusto amargo prob\u00f2!<\/p>\n

\u00a1Y de nuestro amor primero
\ny de su fe mal pagada,
\ny, tambi\u00e9n, del verdadero
\namante de nuestra amada!<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

HE ANDADO MUCHOS CAMINOS He andado muchos caminos, he abierto muchas veredas, he navegado en cien mares y atracado en cien riberas. En todas partes he visto caravanas de tristeza, soberbios y melanc\u00f2licos borrachos de sombra negra, y pedantones al pa\u00f1o que miran, callan y piensan que saben, porque no beben el vino de las … Continue reading Selecci\u00f3n de poemas de Antonio Machado<\/span><\/a><\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":0,"parent":0,"menu_order":0,"comment_status":"closed","ping_status":"open","template":"","meta":{"footnotes":""},"class_list":["post-69","page","type-page","status-publish","hentry"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/69","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/pages"}],"about":[{"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/page"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=69"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/69\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":70,"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/69\/revisions\/70"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=69"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}