I<\/strong><\/p>\n

Como se arranca el hierro de una herida
\nsu amor de las entra\u00f1as me arranqu\u00e9,
\n\u00a1aunque sent\u00ed al hacerlo que la vida
\nme arrancaba con \u00e9l!
\nDel altar que le alc\u00e9 en el alma m\u00eda
\nla Voluntad su imagen arroj\u00f3,
\ny la luz de la fe que en ella ard\u00eda
\nante el ara desierta se apag\u00f3.
\nAun para combatir mi firme empe\u00f1o
\nviene a mi mente su visi\u00f3n tenaz…
\n\u00a1Cu\u00e1ndo podr\u00e9 dormir con ese sue\u00f1o
\nen que acaba el so\u00f1ar!<\/p>\n

II<\/strong><\/p>\n

Yo me he asomado a las profundas simas
\nde la tierra y del cielo,
\ny les he visto el fin o con los ojos
\no con el pensamiento.
\nMas \u00a1ay! de un coraz\u00f3n llegu\u00e9 al abismo
\ny me inclin\u00e9 un momento,
\ny mi alma y mis ojos se turbaron:
\n\u00a1Tan hondo era y tan negro!<\/p>\n

III<\/strong><\/p>\n

En la clave del arco mal seguro
\ncuyas piedras el tiempo enrojeci\u00f3,
\nobra de cincel rudo campeaba
\nel g\u00f3tico blas\u00f3n.
\nPenacho de su yelmo de granito,
\nla yedra que colgaba en derredor
\ndaba sombra al escudo en que una mano
\nten\u00eda un coraz\u00f3n.
\nA contemplarle en la desierta plaza
\nnos paramos los dos.
\nY, ese, me dijo, es el cabal emblema
\nde mi constante amor.
\n\u00a1Ay!, es verdad lo que me dijo entonces:
\nverdad que el coraz\u00f3n
\nlo llevar\u00e1 en la mano… en cualquier parte…
\npero en el pecho no.<\/p>\n

IV<\/strong><\/p>\n

\u00a1Los suspiros son aire y van al aire!
\n\u00a1Las l\u00e1grimas son agua y van al mar!
\nDime, mujer: cuando el amor se olvida,
\n\u00bfsabes t\u00fa a d\u00f3nde va?<\/p>\n

V<\/strong><\/p>\n

Las ondas tienen vaga armon\u00eda,
\nlas violetas suave olor,
\nbrumas de plata la noche fr\u00eda,
\nluz y oro el d\u00eda,
\nyo algo mejor;
\n\u00a1yo tengo Amor!<\/p>\n

Aura de aplausos, nube radiosa,
\nola de envidia que besa el pie.
\nIsla de sue\u00f1os donde reposa
\nel alma ansiosa.
\nDulce embriaguez
\n\u00a1la Gloria es!<\/p>\n

Ascua encendida es el tesoro,
\nsombra que huye la vanidad.
\nTodo es mentira: la gloria, el oro,
\nlo que yo adoro
\ns\u00f3lo es verdad:
\n\u00a1la Libertad!<\/p>\n

As\u00ed los barqueros pasaban cantando
\nla eterna canci\u00f3n
\ny a golpe de remo saltaba la espuma
\ny her\u00edala el sol.
\n-\u00bfTe embarcas? gritaban, y yo sonriendo
\nles dije al pasar:
\nYo ya me he embarcado, por se\u00f1as que a\u00fan tengo
\nla ropa en la playa tendida a secar.<\/p>\n

VI<\/strong><\/p>\n

Fatigada del baile,
\nencendido el color, breve el aliento,
\napoyada en mi brazo
\ndel sal\u00f3n se detuvo en un extremo.
\nEntre la leve gasa
\nque levantaba el palpitante seno,
\nuna flor se mec\u00eda
\nen compasado y dulce movimiento.
\nComo en cuna de n\u00e1car
\nque empuja el mar y que acaricia el c\u00e9firo,
\ntal vez all\u00ed dorm\u00eda
\nal soplo de sus labios entreabiertos.
\n\u00a1Oh! \u00a1qui\u00e9n as\u00ed, pensaba,
\ndejar pudiera deslizarse el tiempo!
\n\u00a1Oh! si las flores duermen,
\n\u00a1qu\u00e9 dulc\u00edsimo sue\u00f1o!<\/p>\n

VII<\/strong><\/p>\n

Voy contra mi inter\u00e9s al confesarlo,
\nno obstante, amada m\u00eda,
\npienso cual t\u00fa que una oda solo es buena
\nde un billete del Banco al dorso escrita.
\nNo faltar\u00e1 alg\u00fan necio que al o\u00edrlo
\nse haga cruces y diga:
\nMujer al fin del siglo diez y nueve
\nmaterial y prosaica… \u00a1Bober\u00edas!
\n\u00a1Voces que hacen correr cuatro poetas
\nque en invierno se embozan con la lira!
\n\u00a1Ladridos de los perros a la luna!
\nT\u00fa sabes y yo s\u00e9 que en esta vida,
\ncon genio es muy contado el que la escribe,
\ny con oro cualquiera hace poes\u00eda.<\/p>\n

VIII<\/strong><\/p>\n

\u00bfQui\u00e9res que de ese n\u00e9ctar delicioso
\nno te amarge la hez?
\nPues asp\u00edrale, ac\u00e9rcale a tus labios
\ny d\u00e9jale despu\u00e9s.
\n\u00bfQuieres que conservemos una dulce
\nmemoria de este amor?
\nPues am\u00e9mosnos hoy mucho y ma\u00f1ana
\n\u00a1dig\u00e1mosnos, adi\u00f3s!<\/p>\n

IX<\/strong><\/p>\n

Entre el discorde estruendo de la org\u00eda
\nacarici\u00f3 mi o\u00eddo
\ncomo nota de m\u00fasica lejana,
\nel eco de un suspiro.
\nEl eco de un suspiro que conozco,
\nformado de un aliento que he bebido,
\nperfume de una flor que oculta crece
\nen un claustro sombr\u00edo.
\nMi adorada de un d\u00eda, cari\u00f1osa,
\n-\u00bfEn qu\u00e9 piensas? me dijo:
\n-En nada… -En nada \u00bfy lloras? – Es que tengo
\nalegre la tristeza y triste el vino.<\/p>\n

X<\/strong><\/p>\n

Como en un libro abierto
\nleo de tus pupilas en el fondo.
\n\u00bfA qu\u00e9 fingir el labio
\nrisas que se desmienten con los ojos?
\n\u00a1Llora! No te averg\u00fcences
\nde confesar que me quisiste un poco.
\n\u00a1Llora! Nadie nos mira.
\nYa ves; yo soy un hombre… y tambi\u00e9n lloro.<\/p>\n

XI<\/strong><\/p>\n

Yo s\u00e9 un himno gigante y extra\u00f1o
\nque anuncia en la noche del alma una aurora,
\ny estas p\u00e1ginas son de ese himno
\ncadencias que el aire dilata en las sombras.<\/p>\n

Yo quisiera escribirle, del hombre
\ndomando el rebelde mezquino idioma,
\ncon palabras que fuesen a un tiempo
\nsuspiros y risas, colores y notas.<\/p>\n

Pero en vano es luchar; que no hay cifra
\ncapaz de encerrarle, y apenas \u00a1oh! \u00a1hermosa!
\nsi teniendo en mis manos las tuyas
\npudiera al o\u00eddo cant\u00e1rtelo a solas.<\/p>\n

XII<\/strong><\/p>\n

Lo que el salvaje que con torpe mano
\nhace de un tronco a su capricho un dios
\ny luego ante su obra se arrodilla,
\neso hicimos t\u00fa y yo.<\/p>\n

Dimos formas reales a un fantasma,
\nde la mente rid\u00edcula invenci\u00f3n
\ny hecho el \u00eddolo ya, sacrificamos
\nen su altar nuestro amor.<\/p>\n

XIII<\/strong><\/p>\n

Del sal\u00f3n en el \u00e1ngulo oscuro,
\nde su due\u00f1a tal vez olvidada,
\nsilenciosa y cubierta de polvo,
\nve\u00edase el arpa.<\/p>\n

\u00a1Cu\u00e1nta nota dorm\u00eda en sus cuerdas,
\ncomo el p\u00e1jaro duerme en las ramas,
\nesperando la mano de nieve
\nque sabe arrancarlas!<\/p>\n

\u00a1Ay!, pens\u00e9, \u00a1cu\u00e1ntas veces el genio
\nas\u00ed duerme en el fondo del alma,
\ny una voz como L\u00e1zaro espera
\nque le diga “\u00a1Lev\u00e1ntate y anda!”<\/p>\n

XIV<\/strong><\/p>\n

Alguna vez la encuentro por el mundo
\ny pasa junto a m\u00ed
\ny pasa sonri\u00e9ndose y yo digo
\n\u00bfC\u00f3mo puede re\u00edr?<\/p>\n

Luego asoma a mi labio otra sonrisa
\nm\u00e1scara del dolor,
\ny entonces pienso: -Acaso ella se r\u00ede,
\ncomo me r\u00edo yo.<\/p>\n

XV<\/strong><\/p>\n

Saeta que voladora
\ncruza, arrojada al azar,
\ny que no se sabe d\u00f3nde
\ntemblando se clavar\u00e1;<\/p>\n

hoja que del \u00e1rbol seca
\narrebata el vendaval,
\nsin que nadie acierte el surco
\ndonde al polvo volver\u00e1.<\/p>\n

Gigante ola que el viento
\nriza y empuja en el mar
\ny rueda y pasa y se ignora
\nqu\u00e9 playa buscando va.<\/p>\n

Luz que en cercos temblorosos
\nbrilla pr\u00f3xima a expirar,
\ny que no se sabe de ellos
\ncu\u00e1l el \u00faltimo ser\u00e1.<\/p>\n

Eso soy yo que al acaso
\ncruzo el mundo sin pensar
\nde d\u00f3nde vengo ni a d\u00f3nde
\nmis pasos me llevar\u00e1n.<\/p>\n

XVI<\/strong><\/p>\n

Cuando me lo contaron sent\u00ed el fr\u00edo
\nde una hoja de acero en las entra\u00f1as,
\nme apoy\u00e9 contra el muro, y un instante
\nla conciencia perd\u00ed de d\u00f3nde estaba.<\/p>\n

Cay\u00f3 sobre mi esp\u00edritu la noche
\nen ira y en piedad se aneg\u00f3 el alma
\n\u00a1y entonces comprend\u00ed por qu\u00e9 se llora!
\n\u00a1y entonces comprend\u00ed por qu\u00e9 se mata!<\/p>\n

Pas\u00f3 la nube de dolor… con pena
\nlogr\u00e9 balbucear breves palabras…
\n\u00bfQui\u00e9n me dio la noticia?… Un fiel amigo…
\nMe hac\u00eda un gran favor… Le di las gracias.<\/p>\n

XVII<\/strong><\/p>\n

Yo s\u00e9 cu\u00e1l el objeto
\nde tus suspiros es.
\nYo conozco la causa de tu dulce
\nsecreta languidez.<\/p>\n

\u00bfTe r\u00edes…? Alg\u00fan d\u00eda
\nsabr\u00e1s, ni\u00f1a, por qu\u00e9:
\nT\u00fa acaso lo sospechas,
\ny yo lo s\u00e9.<\/p>\n

Yo s\u00e9 cu\u00e1ndo t\u00fa sue\u00f1as,
\ny lo que en sue\u00f1os ves;
\ncomo en un libro puedo lo que callas
\nen tu frente leer.<\/p>\n

\u00bfTe r\u00edes…? Alg\u00fan d\u00eda
\nsabr\u00e1s, ni\u00f1a, por qu\u00e9:
\nT\u00fa acaso lo sospechas
\ny yo lo s\u00e9.<\/p>\n

Yo s\u00e9 por qu\u00e9 sonr\u00edes
\ny lloras a la vez.
\nYo penetro en los senos misteriosos
\nde tu alma de mujer.<\/p>\n

\u00bfTe r\u00edes…? Alg\u00fan d\u00eda
\nsabr\u00e1s, ni\u00f1a, por qu\u00e9:
\nmientras t\u00fa sientes mucho y nada sabes,
\nyo que no siento ya, todo lo s\u00e9.<\/p>\n

XVIII<\/strong><\/p>\n

\u00a1Qu\u00e9 hermoso es ver el d\u00eda
\ncoronado de fuego levantarse,
\ny a su beso de lumbre
\nbrillar las olas y encenderse el aire!<\/p>\n

\u00a1Qu\u00e9 hermoso es tras la lluvia
\ndel triste Oto\u00f1o en la azulada tarde,
\nde las h\u00famedas flores
\nel perfume aspirar hasta saciarse!<\/p>\n

\u00a1Qu\u00e9 hermoso es cuando en copos
\nla blanca nieve silenciosa cae,
\nde las inquietas llamas
\nver las rojizas lenguas agitarse!<\/p>\n

\u00a1Qu\u00e9 hermoso es cuando hay sue\u00f1o
\ndormir bien… y roncar como un sochantre…
\ny comer… y engordar… \u00a1y qu\u00e9 fortuna
\nque esto s\u00f3lo no baste!<\/p>\n

XIX<\/strong><\/p>\n

\u00bfC\u00f3mo vive esa rosa que has prendido
\njunto a tu coraz\u00f3n?
\nNunca hasta ahora contempl\u00e9 en el mundo
\njunto al volc\u00e1n la flor.<\/p>\n

XX<\/strong><\/p>\n

Hoy como ayer, ma\u00f1ana como hoy
\n\u00a1y siempre igual!
\nUn cielo gris, un horizonte eterno
\ny andar… andar.<\/p>\n

Movi\u00e9ndose a comp\u00e1s como una est\u00fapida
\nm\u00e1quina el coraz\u00f3n;
\nla torpe inteligencia del cerebro
\ndormida en un rinc\u00f3n.<\/p>\n

El alma, que ambiciona un para\u00edso,
\nbusc\u00e1ndole sin fe;
\nfatiga sin objeto, ola que rueda
\nignorando por qu\u00e9.<\/p>\n

Voz que incesante con el mismo tono
\ncanta el mismo cantar,
\ngota de agua mon\u00f3tona que cae
\ny cae sin cesar.<\/p>\n

As\u00ed van desliz\u00e1ndose los d\u00edas
\nuno de otros en pos,
\nhoy lo mismo que ayer… y todos ellos
\nsin gozo ni dolor.<\/p>\n

\u00a1Ay! \u00a1a veces me acuerdo suspirando
\ndel antiguo sufrir!
\n\u00a1Amargo es el dolor pero siquiera
\npadecer es vivir!<\/p>\n

XXI<\/strong><\/p>\n

\u00bfQu\u00e9 es poes\u00eda?, dices mientras clavas
\nen mi pupila tu pupila azul.
\n\u00a1Qu\u00e9 es poes\u00eda!, \u00bfY t\u00fa me lo preguntas?
\nPoes\u00eda… eres t\u00fa.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

I Como se arranca el hierro de una herida su amor de las entra\u00f1as me arranqu\u00e9, \u00a1aunque sent\u00ed al hacerlo que la vida me arrancaba con \u00e9l! Del altar que le alc\u00e9 en el alma m\u00eda la Voluntad su imagen arroj\u00f3, y la luz de la fe que en ella ard\u00eda ante el ara desierta … Continue reading Selecci\u00f3n de poemas de Gustavo Adolfo B\u00e9cquer<\/span><\/a><\/p>\n","protected":false},"author":1,"featured_media":0,"parent":0,"menu_order":0,"comment_status":"closed","ping_status":"open","template":"","meta":{"footnotes":""},"class_list":["post-76","page","type-page","status-publish","hentry"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/76","targetHints":{"allow":["GET"]}}],"collection":[{"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/pages"}],"about":[{"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/page"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=76"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/76\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":77,"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/pages\/76\/revisions\/77"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/www.poesia-castellana.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=76"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}